lunes, 5 de marzo de 2012

Cántame tecno español

"Sing Me Spanish Techno", de The New Pornographers

Álbum: "Twin Cinema" (2005)

 

En el menú de hoy: rímel, lentejuelas...y pop del bueno-buenísimo.

 

De la fría Canadá llegan estos muchachotes de eléctrico pop y robusta composición, siendo este contraste uno de sus rasgos distintivos. Porque a unas letras bien escritas y con un interesante empleo de metáforas y dobles sentidos se les ponen unos ropajes bien cuidados y melódicamente impecables, resultando unas canciones que no flojean por ningún flanco. Trallazos pop que te agarran, te menean (porque esa es otra de sus señas de identidad, los giros y cambios de melodía dentro del mismo tema) y se te cuelan para quedarse instalados e ir liberando toxinas durante semanas. Que se te pegan y te llevas días tarareándolos, vamos.

Algo tendrán los aires canadienses, porque otros grupos del país presentan estas mismas características (altura lírica, pegada melódica, bandas de formación numerosa...), véase Arcade Fire, Destroyer, Broken Social Scene...

El video es curioso (el alma del grupo, AC Newman, es el borracho que se desmaya al principio), pero como casi siempre lo mejor es verles en directo. No desmerecen para nada el sonido de los discos, e incluso es más emocionante.

 

domingo, 22 de enero de 2012

De vuelta (otra vez)

 

 

 

Para no entretenernos demasiado en explicaciones ya sabidas, digamos que este blog tiene un cierto carácter guadianesco en sus actualizaciones; va, viene...y de vez en cuando se lleva un par de años sin nuevos posts. Se intentará que no sea así, pero no puedo asegurar nada ;)

 

Para recuperar la actividad e ir haciendo músculo, hoy vuelve por aquí un viejo conocido y vecino. Michel Cloup, figura del pop francés más esquinado y bilioso, alma de los muy añorados Diabologum (con reunión reciente de sus miembros para un par de conciertos) y de mis adorados Experience, se presenta ahora en formato de power duo, toda una novedad después de someternos a descargas tormentosas como las de sus dos anteriores bandas. Y aunque rebaja un par de puntos el volumen y la carga política de sus textos, tampoco es que se haya quedado en un nivel puramente acústico, la cabra tira al monte y nos lanza destellos de furia instrumental que enmarcan adecuadamente su propuesta más intima.

 

Tras el existencialismo desabrido y desencantado de una cierta Generación X a la europea que supuso Diabologum y la iracunda inflamación política, ética y ruidosamente musical de Experience, ahora da un pasito atrás y aplica este inconformismo y radicalidad a un universo puramente personal. Algo de lo anterior se filtra aquí (porque es difícil que el entorno no te afecte), pero en esta ocasión todo aparece y se cuenta a un nivel más intimo, más personal.

 

Y hasta para ésto se sirve de un dominio de la estructura, de la intensidad y de la voz que conforman temamos como este "Cette colère". Bienvenido de nuevo.

martes, 19 de octubre de 2010

El sol brilla

"Glósóli" (6'24"), de Sigur Ros
Album: "Takk" (2005)
Particularmente no me apasionan Sigur Ros, demasiadas veces me parecen un artefacto tan sensible y derivativo que echo de menos algo de humor en su propuesta. Hablamos de un grupo islandés que, como casi todo lo que sale de esa isla desde hace unos años (Björk, Múm, ...), ha aprovechado con buen tino los vientos favorables que acompañan a artistas que se manejan en los márgenes del pop convencional, y particularmente a ese boom de lo nórdico que vivimos últimamente.
Hacen un pop vaporoso de voces angelicales y desarrollos largos, pura sensibilidad. En el primer Summercase no se cabía en la carpa donde tocaban y el público levitaba a varios palmos del suelo cada vez que el guitarrista cogía un arco de violonchelo para tocar la guitarra (truquito, ejem, ya utilizado por Led Zeppelin, entre otros), pero a mí no me espantaron la impresión de que tanta sensibilidad esconde una pedantería bastante acentuada.
Peeeero... esta canción me encanta. Vale, la estructura es bastante simplona, un crescendo que sube durante 4 minutos para explotar en distorsión durante los dos últimos; lo que pasa es que a mí, si lo haces tan bien como aquí, empiezas un tema despacito y le vas añadiendo tensión y lo revientas al final, y es que me tienes ganado para tu causa. Facilón, que es uno...


sábado, 9 de octubre de 2010

Como un borracho cantando de madrugada

"Bird On A Wire" (3'25"), de Leonard Cohen
Album: "Songs From A Room" (1969)


"Pájaro en el cable" (4'15"), de Kiko Veneno
Album: "Dice la gente" (2010)



Otro magnífico ejemplo de cómo llevarse una canción de uno de tus maestros, una de tus influencias reconocibles, a un terreno propio conservando la esencia, la columna vertebral original, y dándole la vuelta hasta hacerla tuya. Y de eso el carapájaro sabe un tanto...
El gran Kiko Veneno repite la jugada de aquel maravilloso "Memphis Blues Again", y en esta ocasión visita al insigne Leonard Cohen, le abre la cartera y le roba el esplendoroso y doliente "Bird On A Wire", una oda-defensa de la libertad personal hasta el final extraido de su segundo disco. Traduce la letra LITERALMENTE (asombroso, no se deja ni una coma), pero donde en el original había un folk de alcoba narcótico, él saca el ventilador y le calza una rumbita suave que le viene como anillo al dedo, es increíble cómo cambia la canción (y cómo se te mete en la cabeza). Y lo mejor de todo, cómo dónde en la de Cohen el retrato final era el de un feroz individualismo que arrasa y arrasará con lo que se le ponga por delante, en la de Kiko arroja la fotografía de un pícaro andaluz, quizá en el fondo tan egoista como el otro, pero sin duda mucho más simpático. Cambiar el tono sólo cambiando la música, eso es maestría.
Dos magníficas canciones, dos maestros.

martes, 28 de septiembre de 2010

Led Zep

Chuck Klosterman, en "Pégate un tiro para sobrevivir":

"Supongo que así fue Como Se Conquistó el Oeste. Que es (y no por casualidad) lo que estoy escuchando ahora mismo: tengo puesto el disco How The West Was Won, de Led Zeppelin, una reciente colección de temas de Led Zep grabados en directo en 1972. He estado reservando este cedé hasta llegar a la Montana rural, porque me da la impresión de que es el único estado en el que parece completamente necesaria una versión de veintitrés minutos de "Whole Lotta Love" . Siempre que me veo implicado en una conversación sobre las mejores bandas de rock de todos los tiempos, coloco a los Zeppelin en tercer lugar detrás de los Beatles y los Rolling Stones. Es un sentir absolutamente mayoritario. Si se hiciese una encuesta entre los habitantes de Estados Unidos a los que les gusta gusta la música rock, estas tres bandas serían elegidas por consenso (y, además, en ese orden). Pero Zeppelin es con mucho la banda de rock más popular de todos los tiempos, y son populares en un sentido en que ni los Beatles ni los Stones pueden competir. Se debe a que toda persona nacida despues del año 1958 ha tenido en algún momento de su vida la convicción de que Led Zeppelin ha sido la única banda buena de verdad que ha existido jamás. Y no hay otro grupo de rock que genere esa misma experiencia.

Hace unos años, participé en un programa de radio en directo en Akron. Estaba con el bibliotecario de la biblioteca pública de Akron, discutíamos sobre John Cheever o el grupo Guided By Voices, o tal vez sobre los dos. Los programas de radio en directo en Akron son una locura. Cuando salíamos del estudio, el bibliotecario se fijó en el productor del programa, que tenía diecinueve años; tenía el pelo rubio largo por detrás, cubriéndole la nuca, sus ojos no tenían expresión y parecían no tener sangre siquiera, llevaba unos vaqueros rotos y una camiseta negra de los Swan Song, la banda de homenaje a los Led Zeppelin con los símbolos rúnicos del album Zoso. El bibliotecario se volvió hacia mí y me dijo:
-¿Sabes una cosa? Fui al instituto con ese tío.
El librero tenía cuarenta y dos años. Pero tenía razón. Fue al instituto con ese tío. Y yo. Todo el mundo en Estados Unidos fue al instituto con ese tío, Justo en este momento, hay chavales en cuarto curso que ni siquiera sospechan que se convertirán en "ese tío" en cuanto terminen de leer El Hobbit en octavo. Hay gente que está haciendo el amor sin preservativo en este mismo instante, y el feto resultante de esa unión se convertirá en "ese tío" dentro de dos décadas. Led Zeppelin es la entidad musical más legítimamente atemporal del pasado medio siglo. Es el único grupo en la historia del rock and roll ante el cual todo hombre al que le gusta el rock parece experimentar exactamente lo mismo.

Es posible que te estés preguntando cómo es eso posible. No estoy seguro de la respuesta. He pensado mucho en este asunto (sin duda mucho más de lo que lo habrán hecho la mayoría de la gente), pero nunca he llegado a tenerlo del todo claro; aunque cada vez me parece más incuestionable. Durante un tiempo, creí que se debía a la obvia misoginia de Robert Plant unida a la obsesión por el ocultismo de Jimmy Page, dado que esa combinación permite a los muchachos adolescentes reconciliar la alienación que produce la cambiante sexualidad adolescente con su propia e insalvable tontería. Sin embargo, dicha teoría probablemente también sea una estupidez. Es más sencillo afirmar que, sencillamente, Zeppelin es superior al resto de las bandas de rock, a pesar de que eso no sea del todo cierto. AC/DC es superior a Led Zeppelin, pero AC/DC tiene algo ridículo. Sea cual sea la cualidad que hace que Led Zep sea un arquetipo eterno debe de ser "intangible", pero incluso esta argumentación suena débil. Estoy en el estado de los grandes cielos, escuchando "Heartbreaker" a todo volumen, y la perfección de Led Zeppelin me resulta absolutamente palpable. No hay nada intangible en la invisible nitroglicerina que irradian los bafles del Tauntan. Todo es real. Y lo que abarca ese "todo" es que los Led Zeppelin suenan a lo que son, pero también suenan a lo que no son. Suenan como una banda inglesa de blues. Suenan como un braquiosaurio de sangre caliente. Suenan a Aníbal atravesando los Alpes. Suenan sexy, sexistas y asexuados. Suenan oscuros y también colocados; suenan inteligentes y también tontos; parecen mayores que tú, aunque sólo un poco. Los Led Zeppelin suenan a como actúa un tío enrollado. O, más específicamente, los Led Zeppelin suenan a cierta clase de tío enrollado: la clase de tío enrollado que todo hombre intuye vagamente que podría ser... si unas cuantas cosas de este mundo fuesen un poco diferentes. Y dicha experiencia es propia de Led Zeppelin, pues su manifestación es totalmente sonora: existe un momento en la vida en el que, cuando escuchas "The Ocean" y "Out On The Tiles" y "Kashmir", sientes que esas canciones te convierten de un modo activo en la persona que quieres ser. Importa poco que hayas escuchado cien veces esas canciones en el pasado y no hayas sentido nada, y también importa poco que no escuches rock and roll normalmente y sólo hayas oído de pasada alguno de esos temas al pasar junto a la habitación de otra persona. Aun así, todos coincidimos en el mismo vértice: por alguna razón inexplicable, en un momento dado del proceso de maduración masculina, la música de Led Zeppelin suena como la perfecta actualización de ese tío enrollado perfecto que habita en tu interior. Escucharás la introducción del tema "When The Levee Breaks" y te sentirás como si tu cerebro estuviera dentro de la batería. Escucharás el aullido que da comienzo a "Immigrant Song" y te imaginarás en la proa de un barco vikingo gritando ¡Valhalla! Y cuando esas cosas ocurren, no piensas en Physical Graffitti o Houses Of The Holy en términos abstractos o metafísicos. Te limitas a pensar: "Vaya. Acabo de darme cuenta de algo: esta mierda es perfecta. De hecho, este disco es infinitamente superior a cualquier otra forma musical en todo el planeta, así que esto es lo que voy a escuchar el resto de mis días, a todas horas". Y así lo haces durante seis días o seis semanas o seis años. Esa es tu fase Led Zeppelin, y tanto tiene que ver con tu propia psicología personal como con la forma en que John Paul Jones toca el órgano en "Trampled Under Foot". Tiene que ver con sociobiología, y con Alesteir Crowley, y posiblemente con los mastodontes. Y es muy posible que superes esa fase. Pero ese es el motivo por el cual Led Zeppelin es la banda de rock más querida de todos los tiempos, a pesar de que la mayoría de la gente (incluido yo mismo) piensa que los Beatles o los Rolling Stones son mejores. Estas dos bandas son apreciadas de un millón de maneras y por un millón de razones, y los criterios para hacerlo cambian con cada generación. Pero a los Led Zeppelin solo se les aprecia de un modo, y ese modo nunca evoluciona. Es algo que comparten todos los hombres jóvenes, y seguiremos compartiéndolo hasta el fin de los tiempos. Los Led Zeppelin son inmortales, a pesar de que John Bonham no lo fuese."

Coño, ¡yo he pasado un poco por esa fase! ¿Qué tal un poco de "Since I've Been Loving You"?:


lunes, 27 de septiembre de 2010

Saca la botella de su envoltorio

"Not Forever Now" (5'10"), de Micah P. Hinson
Album: "All Dressed Up And Smell Of Strangers" (2010)

Mi intención era hacer de nuevo un juego de paralelismos, parecidos y divergencias entre esta canción y la original, pero no he tenido c*#!!s de encontrarla por esos mundos cibernéticos de Dios, así que habrá que conformarse con ésta.
El tema original aparece en "Navigational" (1999) de mis adorados Centro-Matic, y la que he colgado es la versión que veinte años (!) después ha grabado el muy laureado, muy maldito y muy bohemio Micah P. Hinson para su disco de covers. Bien por él y por su buen gusto, entre versiones de Beatles, Dylan, Cohen y otros gigantes intercala otras de artistas menos conocidos, como los citados Centro-Matic, Emily The Great, etc, llevándoselos a todos al huerto y amoldándolos a su estilo de barítono borrachuzo, en este caso tan sólo con su voz y un piano lejano.
Y viene todo ésto a modo de recordatorio de que el próximo 10 de Noviembre Centro-Matic tocan en Sevilla, en la sala Malandar. Y ahí va a estar el tío, con su botellín en la mano y disfrutando cual puerco en un lodazal. Están ustedes invitados... pagándose la entradita, jeje ;)

jueves, 16 de septiembre de 2010

Y sigue llegando

"Someone Great" (6'25"), de LCD Soundsystem
Album: "Sound Of Silver" (2007)
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No sé si fue San Juan de la Cruz o Fray Luis de León quien retomó su faceta de profesor empezando su primera clase tras estar encarcelado unos añitos con un "Decíamos ayer...".
Bueno, pues eso mismo me ha pasado a mí con este blog. No actualizo desde hace año y medio (por motivos muy felices, afortunadamente), pero los presupuestos, objetivos y propósitos de ésto siguen siendo los mismos: colgar lo que me parezca para que no lo lea ni Cristo.
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Y para retomar el ritmo, empezaremos con mucha calma. Y quizás parezca que los LCD Soundsystem de James Murphy no son los más adecaudos a este fin, dado su caché como proyecto pop intelectual y sofisticado, si, pero tambien como estandartes de esa zona de contacto entre la música para pistas de baile y el indie. Pop de productor con una larguísima lista de influencias (electro, Bowie, ...) que ellos mismos se encargaron de airear en su canción más conocida, "Losing My Edge" (una retahila de nombres que les gustan, algo pedante pero irresistible).
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Y sin embargo, dentro de su segundo disco aparece esta joya electro...con glockenspiel, un momento de calma entre pelotazos bailables, hablando de asuntos tristes (¿ruptura? ¿aborto? ¿muerte de alguien muy querido?) con una melodía preciosa y un acabado cojonudo. Hay que escucharla.