Album: "Songs From Northern Britain" (1997)
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Pues resulta que tras escucharlo una sola vez me golpeó y me agarró por las solapas de tal manera que no salió del equipo de música en un mes. Desde entonces simpre vuelvo a escucharlo cada cierto tiempo y me sigue dejando planchado, literalmente pegado al asiento, y no ha dejado de estar entre mis diez discos favoritos. El mismo Elliott Smith tiene poderosísimos discos anteriores y posteriores pero éste tiene algo, un pellizquito mágico que te escuece y te duele y te emociona sin explicaciones puramente racionales.
(Posteriormente le he preguntado a mi hermano quién le prestó el disco, pero ni siquiera recuerda haberlo tenido en su cuarto, je)
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Esta canción es el mejor ejemplo de las virtudes del disco y de su autor, pero cualquiera de las otras 11 podría valer igualmente: pop de estructura perfecta, con guiños a los Beatles más intimos, tratado desde una perspectiva acústica y desnuda, incluso cuando lo hace con arreglos más estentóreos, cantado con un susurro doliente y muy cercano. Una maravilla.
Cine, viajes, chorradas... y básicamente música.