miércoles, 20 de junio de 2007

Care for me, care for me

"Ex-Factor" (5'26"), de Lauryn Hill
Album: "The Miseducation Of Lauryn Hill" (1998)
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Vaya por Dios, ésta se sale un poco de lo que se podría llamar el "cánon polaco": es pop, vale, pero no tiende al rock, al folk o al country, ni tiene desarrollo de guitarras, ni siquiera es divertida. Ésto se va más hacia sonidos negros como el soul, el hiphop, el reggae o incluso el R'n'B (arambí, como dicen y escriben los moderniquis españoles... vaya thela).
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Lauryn Hill formó parte de los Fugees, ese grupo que a finales de los 90 popularizó el hiphop "blandito" sobre bases sampleadas de canciones antiguas, otro de sus componentes sacó el verano pasado un tema con Shakira (vade retro!) que sonó cada minuto y medio en radio, televisión, las terrazas más selectas y los bass boosters de los coches tuneados de nuestros amiguitos los canis. Como se puede comprobar he alargado la frase porque no tengo la más remota idea del nombre de la dichosa canción, ni la más mínima intención de buscarla.
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Pues bien, un par de años después, y tras casarse con un hijo de Bob Marley, va esta señorita de buen ver y se saca de la manga un pedazo de disco en el que el sonido es negro y muy comercial, vale, y tiene una producción vistosa que afila con acierto las virtudes de las canciones, OK... pero ésto no es lo mismo que los Fugees: aquí hay nervio y hay sangre, hay sonidos que beben del río de la música popular de color de los últimos 50 años y aplican con acierto diversos estilos, incluso dentro de una misma canción, pero principalmente hay eso, canciones, melodías cojonudas que a poco que se abran un poco los oidos pueden gustar por igual a la Vane mientras escucha los 40 que al crítico más indie y oscuro.
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¿La canción? Un tempo lentito con una letra pelín tópica sobre la ruptura de una relación ni-contigo-ni-sin-tí en la que la Hill canta como los angeles con una voz que siempre controla y destaca sobre el (gran) colchón instrumental: una base de hiphop sustituye al bajo, pop comercial que planea por encima, un sample de pajarillos cantando y un órgano setentero para darle color al estribillo... y a partir del minuto 3 entra la parte final en la que todo cambia y aparecen unos coros casi gospel y un solo de guitarra con eco que pone la piel de gallina. Que buena, joder!

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